jueves, 28 de mayo de 2009

La Fabula de la luna

LA FÁBULA DE LA LUNA

Cuenta una leyenda, atrás olvidada
que cierto día suspiró la luna
por ser del hombre por siempre la cuna
pues de este vivía enamorada.

En la noche su luz al hombre guiaba,
para evitar que su camino errara
o que el destino les atormentara.
Y es que era el mismo que ella codiciaba.

A los dioses del cielo conjuraba
para ser de los sueños la guardiana
y así conseguir ser del hombre hermana.
Aunque en secreto ella les amaba.

Sus ruegos fueron por fin escuchados
y del hombre sería la guardiana
su protectora y quizás hermana.
Los hombres serían así amparados.

Siendo iluminados desde los cielos
en la luz encontró el hombre su cuna
a cambio una vez al mes la luna
sería transformada en uno de ellos

para experimentar sus sentimientos,
el amor, el odio y la codicia,
sin los cuales el hombre no amaría
siendo así, por una noche, uno de ellos.

ALATRISTE























Ojos de Plata

Era una noche tan triste como fría

y yo estaba perdido en mis pensamientos

mezcla de tormentos y remordimientos

por saber que no soy quien ella quería.

Cansado me encuentro de tanto fracaso

Que se acumula en mi corazón pirata

Que no desea ni el oro ni la plata

Si no ver contigo del día el ocaso.

Mi corazón de sufrir está cansado,

Desesperado por tus ojos de plata

Vendió su alma y se tornó en pirata

Para abordar tu corazón añorado.

Condenado estoy a esta noche tan fría

A recordar en la luna tu mirada

Que mi brindaste un día de pasada

Y que yo acogí sin saber que dolía.

Y presiento que todo ha terminado

Que tendré que zarpar al mar de la vida

Sin ti, por mucho que se me haga sufrida.

A verte en la luna estoy condenado.

Y es que eres tú, dueña de ojos de plata,

El motivo de mi dolor y condena

Que por los pies a la tierra me encadena

Condenado a ser de corazón pirata.

JOSELE

Ayer Soñe

Ayer soñé con una noche de plata

en la que por primera vez te besaba,

soñé que tu corazón me deseaba

pues harto estaba de amores de hojalata.

Soñé que resurgía en mí la esperanza

De refugiarme de la vida en tus brazos,

De esconder en el pasado tus rechazos,

Y de reanudar mis años de bonanza.

Soñé que cien noches junto a ti vivía

para despertar junto a ti cien mañanas

con nuestras manos entre ellas enlazadas

soñé, en definitiva, que te quería.

Más al despertar a mi lado no estabas,

Mas de cien noches a tu lado soñadas

Se tornaron en verdades inventadas

Pues en verdad en todas ellas me amabas.

ALATRISTE