He aquí que yace mi alma y mi cordura,
asesinados por mi falta de sueño
incapaz de ser por mas tiempo su dueño
descendieron lentamente a la locura.
He aquí que perecen mis esperanzas
por la aplastante realidad castigadas.
No se vieron de sus garras socorridas
y pago por ello años de bonanzas.
Muero yo pues alma y vida son una
y en su ausencia sucumbo yo a la locura
pues de cordura fueron antaño cuna.
Rezo a dios por recuperar la cordura,
siendo recuperada por la blanca luna
al ser revivida de su sepultura.
JOSELE
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