Condenado fue por siempre de su locura,
Viejo soldado en cien guerras curtido
Jamás sentiste en ti dolor tan sufrido
Como el que te provocó en ti la hermosura.
Sucumbiste ante la misma por lujuria
Asesinado por la cruel hermosura
En la cual tu razón se sumió en locura
Moriste ahorcado frente a la villanía.
Sus dulces ojos no te pertenecían
Más hallaste en ellos la dulce hermosura
Rindiéndoles sin condición la cordura
Robaste besos que no correspondían.
Moriste así ahorcado por la hermosura,
De sangre tu espada y manos manchaste
Pues por su hermosura sangre derramaste
Perdiendo con ello tu vida y cordura.
JOSELE
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