En una ocasión en un libro de Arturo Pérez Reverte llamado "Con ánimo de ofender" pude leer que existían diferentes clases de Gilipollas. Estaba el Gilipollas Natural, aquel que nacía gilipollas, ese que cuando nació la enfermera decía "enhorabuena ha tenido usted un gilipollas de tres kilos y medio",citado literalmente del libro, y el gilipollas que perseguía con tenacidad la gilipollez. Pues bien el otro día conocí sin lugar a dudas al primer tipo de gilipollas. La verdad es que si tengo que elegir entre los dos tipo de gilipollas de todas todas me quedo con el primero. El fulano del que les hablo era un tipo de mediana edad que conocí una tarde cualquiera mientras me volvía de la facultad en tren. Pues bien marchaba yo leyendo un libro, creo recordar que era el código da vinci, cuando el personajillo me interrumpió para decirme que en lugar de leer un libro basado en mentiras y chorradas, literalmente dijo eso, haría bien en ir a misa todos los domingos y rezar un padre nuestro todas las noches para rescatar de las llamas del infierno mi alma pecaminosa, esto ultimo no lo dijo exáctamente así, seguido de toda una clase magistral sobre el nuevo y antiguo testamento.
La verdad es que no me molestó en absoluto los comentarios y la intromisión de aquel beatillo y he de admitir que incluso me distrajo durante el viaje. De hecho estoy totalmente de acuerdo con lo que Pérez Reverte dijo en el citado artículo pues me callo bien el tipejo aquel con su fé, todo el mundo tiene derecho a tener sus creencias, y a su admirable valentía para defender a capa y espada sus ideales. La verdad es que aquel fulano era un gilipollas pero dicho en un tono cariñoso y admirable. Era la clase de tipo que al hablar con el te das cuenta que carece de todo tipo de maldad, el tipo de persona que la segunda clase de gilipollas diría "de lo bueno que es...es tonto", un tipo tan poco frecuente en el mundo de hoy en día que no pude evitar pensar..."¡joder,me cae bien este imbécil!. Y es que puestos a ser todos un poco gilipollas, que lo somos sin excepción y mucho, prefiero mil veces ser como aquel Gilipollas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario